miércoles, 15 de abril de 2009

Past Times Won't Die

Se acercó a su madre aún con el miedo y la sorpresa en el cuerpo y tiró con fuerza de la manga de su jersey. La madre se giró hacia ella y la miró sorprendida.
-¿Qué ocurre?
La chica entre jadeos y suspiros, preguntó:
-¿A dónde van las cosas cuando ya no las necesitamos?
La madre sacudió la cabeza, aturdida.
-No te entiendo, cariño.
-¿Qué pasa cuando, nos hemos cansado de nuestro oso de peluche y lo tiramos? ¿A dónde va?
-No va a ningún lugar. El camión de la basura lo recoge y se deshace de él...
-Pero, ¿qué pasa con su esencia? ¿A dónde van todos aquellos sentimientos que tenemos y luego desaparecen? Las ilusiones perdidas, las ideas que maquinamos y luego desechamos por otras nuevas... ¿No tienen un lugar a donde ir?
La madre puso una mano sobre la frente de su hija para tomarle la temperatura. Estaba ardiendo.
-Será mejor que vuelvas a la cama a descansar. Tienes un poco de fiebre...
Su hija, desilusionada, bajó la mirada. Su madre la acompañó hasta la habitación y luego la arropó.
-Vendré más tarde a ver como te encuentras.
-Mamá, ¿puedes hacer algo por mí?
-Dime.
-¿Recuerdas aquel osito de peluche que tanto me gustaba? Aquel que tiraste sin previo aviso...--la madre asintió con la cabeza--¿Puedes mirar si sigue debajo de la cama? Me ha dicho cosas horribles.
La madre rió y le acarició la cabeza.
-No digas tonterías.
-Pero mamá, por favor... ¡Mira debajo de la cama!
La madre, ante tanta insistencia se agachó para ver que había debajo de la cama que pudiera asustar tanto a su hija. Una vez puso sus ojos en el fondo de la estancia, unas inmensas garras salieron a su encuentro. La cama se empezó a mover con brusquedad, mientras la hija se escondía bajo las sábanas y no dejaba de oir los gritos de dolor de su madre. Una vez cesaron, la hija salió de su escondite y se encontró con el osito, frente a frente.
-Pero... ¿Qué eres?
-Soy el sueño de querer ser astronauta y el de ser médico. Soy aquella gata que tuviste desde los cinco años y abandonaste sin piedad alguna. Soy aquel juego de mesa que tanto te gustaba. Soy la idea de ir a la playa durante el verano. Soy el amor que sentías por tu compañero de pupitre. Soy tu risa y tus ganas de comerte el mundo. Soy tu inocencia perdida, soy tú.

Hay cosas que no pueden eliminarse con apretar un simple botón. No hay "papelera de reciclaje" en la vida.