viernes, 11 de abril de 2008

Origen.






    -Está todo en la sangre.

    Arisa enarcó una ceja.

    -Que yo dijera algo así, tendría sentido. Pero que lo digas tú... ¿Te has vuelto loco?

    -¿Qué tiene de malo la locura?--Vaalnard alzó una de sus manos hacia el cielo, extendiéndola, abriendo completamente la palma—Vivimos en un mundo en el cual necesitamos ser personas racionales para poder sobrevivir. ¿Sabes lo que es para mí rozar la locura? Tranquilidad. Un momento de respiro en el que, quizás, pueda ser yo mismo.

    -Eso no ha respondido a mi pregunta.

    -Sí lo ha hecho. Literalmente has dicho “¿Te has vuelto loco?”.

    -Entonces deberías haber respondido “No me he vuelto loco” o “Sí, me he vuelto loco”--Arisa sonrió pícaramente.

    -Y entonces tú me habrías preguntado el por qué, y yo hubiese respondido lo que ya he hecho. Aún te queda mucho para que puedas decir “el aprendiz supera al maestro”.

    -De acuerdo, de acuerdo. No soy tan viva como creía.--se puso a reir—He hecho un chiste sin darme cuenta, huh... viva.

    -Y lo estás. ¿Qué es lo que realmente nos hace estar vivos? ¿Tener un corazón que esté latiendo? No, Arisa. Mira a tu alrededor. Habrá montones de corazones latiendo y la mitad de ellos o incluso más, no se sentirán vivos. Piensa sobre ello.

    -Yo no soy una gran pensadora como tú. No me paso horas encerrada en una habitación meditando el por qué de cada cosa. Me rijo por instinto. Soy una persona de acción, Vaalnard.

    -No hace falta ser una gran pensadora. Meditar sobre mis actos no me impide ser un hombre de acción. Vivo el momento sabiendo realmente lo que hago. Ahora te pido que medites un momento, un solo instante, sobre lo que te he dicho. ¿Qué es lo que nos hace sentir vivos?

    -No quiero pensar en ello. Ya te he dicho que estoy muerta.

    -Yo sin embargo te veo aquí, delante mío, hablándome. Es cierto que tu corazón no palpita pero también lo es que tú cada día... experimentas algo nuevo. Sientes, aprendes... vives, a tu manera.

    -Bla bla bla... son palabras muy bonitas, de verdad. Pero ¿sabes? El vello de mi cuerpo no se eriza cuando tus manos recorren mi cuerpo. No me ruborizo ante palabras de amor ni mi respiración se entrecorta en momentos de tensión. No tengo un pulso que pueda acelerarse ni tan siquiera puedo sentir dolor cuando algun hueso de mi cuerpo se rompe. ¿Y no es eso lo que muchos de esos humanos desean? No sentir nada.

    -Pero tú no estás vacía. Tan solo te has librado de los despojos físicos.

    -Yo no los considero despojos.

    -Eso no cambia el hecho de que no estás vacía. ¿Qué pasaría si yo desapareciera?

    -No quiero pensar en ello.--agachó la cabeza, bajando la vista.

    Vaalnard se acercó a ella y la cogió por el mentón, levantándole la cara.

    -Mírame. ¿Qué pasaría? ¿De verdad no sentirías nada?

    -Per.. Perdería el norte. No estaría rozando la locura como tú, estaría completamente sumida en ella. Dejaría de estar completa.

    -¿Ves? Alguien muerto no le importaría que alguien desapareciera de su vida. La gente que nos rodea, los lugares que visitamos... todo esto es lo que nos hace estar vivos.

    -Pero yo sigo estando incompleta.

    -Me remito a lo que dije anteriormente. Todo está en la sangre.

    -Vale, ciñámonos a esa frase. Yo carezco de ella. No corre sangre por mis venas.

    -Y es lo que más deseas. No hay día que pase que no quieras un poco de ella.

    -Porque así me lo dice mi instinto. La necesito para sobrevivir.

    -¿Y nunca te has preguntado por qué? En ella está todo cuanto podamos desear. Ella es la vida, la que dirige nuestros instintos, la que da origen al amor. ¿O por qué te crees que simbolizamos el amor con el corazón? Porque es quién bombea la sangre. Es su olor el que nos hace traernos de cabeza. El origen está ahí, en la sangre. La cabeza, nuestros pensamientos, solo lo hacen crecer. Y las conexiones son algo así como las transfusiones de sangre. Aunque nosotros desearíamos poder donar sangre a todo aquel que lo necesitara, no es posible. Hay tipos que no son compatibles. Es por eso, que por mucho que anhelemos ser comprendidos por todos, solo unos cuantos llegarán a entendernos. Y tan solo a unos de esos pocos, llegaremos a entenderlos nosotros mismos.

    Vaalnard paró unos segundos.

    -Todo empezó con la sangre.

    -Quizás tengas razón. El O+ siempre me ha parecido más apetecible que el A-.